Cuando una mujer se enfrenta al diagnóstico de cáncer, o a la sospecha de padecerlo, surgirán inexorablemente momentos de angustia e incertidumbre. No son pocos los casos, sin embargo, en los que si se cuenta con un diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la información necesaria se alcanzan resultados favorables.

Si usted o alguien cercano está atravesando por esta situación, entonces seguramente le interesará saber lo siguiente. El cáncer en ginecología debe ser tratado por un médico ginecólogo especialista en oncología, es decir, un Ginecólogo Oncólogo. La Ginecología Oncológica es una subespecialidad posterior a la Ginecología. Comprender el alcance de este último concepto resulta fundamental. La formación del Ginecólogo Oncólogo requiere entrenamiento exhaustivo e idealmente con dedicación exclusiva, en centros de referencia, por lo general de 3 años de duración pero que continuará durante toda la vida del profesional, siendo esta la única manera posible de lograr el entendimiento para el adecuado manejo del cáncer en la mujer. Se comprende entonces que esta subespecialidad excede completamente a un ginecólogo general o gineco-obstetra (ver ¿Qué es la Ginecología Oncológica?)

De este modo, el cáncer ginecológico no puede ni debe ser tratado por un ginecólogo general o por un cirujano no Ginecólogo Oncólogo, dado que de la correcta toma de decisiones y del tratamiento instaurado, dependerá el pronóstico de la enfermedad, o dicho de otro modo, las chances que tiene la mujer de sobrevivir al cáncer.

La excelencia en la atención médica, debe ser un estándar consolidado e indiscutido en el año 2014. No estar a la altura de estas circunstancias significa una deuda contraída con la sociedad, y por sobre todas las cosas, un desdén por el progreso de la ciencia.

Por lo tanto, es el ginecólogo oncólogo, trabajando en conjunto con un equipo de profesionales (oncólogos clínicos, radioterapeutas, cirujanos oncoplásticos, psico-oncólogos, etc.) quién se encontrará a cargo de la toma de decisiones en la mujer con cáncer.

Desafortunadamente, muchas veces el sistema de salud no ofrece estas oportunidades, ya sea por desconocimiento o por omisión. Como resultado, la mujer no logra acceder al especialista correspondiente, y una situación que de ser manejada correctamente en tiempo y forma se traduciría en buenos resultados, se ve inmersa en confusión y la progresión misma del cáncer.